Todo el mundo sabe que, para trabajar bien, un espacio adecuado es imprescindible. La imagen habla por sí sola: una oficina cómoda, bien distribuida, con muebles de colores y acabados que potencian la luz, y muchos más detalles que hacen del despacho un sitio mejor.
La distribución de los espacios es clave. No disponer de los muebles correctos ni de una colocación de estos adecuados provoca que se desaproveche el espacio.
También es muy importante la funcionalidad y la imagen de los muebles, como en el caso de este armario. Cumple con el objetivo de guardar todo lo necesario y, al mismo tiempo, al cerrarlo, se ve sobrio pero elegante a la vez.